Washington, 4 oct (PL) El presidente estadounidense, Donald Trump, se reunió hoy en Las Vegas con fuerzas del orden y víctimas del tiroteo masivo ocurrido el pasado domingo, al tiempo que evitó hablar sobre el control de armas.
La primera parada del mandatario en la urbe del estado de Nevada fue el Centro Médico Universitario, donde mostró su solidaridad con las víctimas y dijo que invitó a algunas de ellas a visitar la Casa Blanca.
Junto a la primera dama, Melania Trump, el gobernante republicano destacó la valentía de muchos heridos que a pesar de sus lesiones ayudaron primero a otras personas, y reconoció el «trabajo increíble» de los médicos y el resto del personal hospitalario.
Cuando un reportero le preguntó en la institución de salud sobre el tema de la violencia armada y el control de esos artefactos, cuyo debate se avivó a raíz de la matanza, el presidente respondió: «No vamos a hablar de eso hoy. Esto fue obra de una persona enferma y demente».
Después de estar con los heridos, Trump se trasladó al cuartel del Departamento de la Policía Metropolitana para reunirse con decenas de oficiales, bomberos y otros socorristas.
«Este es un momento difícil, pero si no se hubieran levantado tan rápido, podría haber sido peor, mucho peor», expresó a los policías.
Trump mencionó a oficiales que salieron a la línea de fuego para ayudar a ciudadanos en peligro y se refirió a otros casos de personas que hicieron de escudos humanos o que atravesaron una lluvia de balas para ayudar a desconocidos. «Estamos bendecidos de estar rodeados de héroes», remarcó.
El mandatario, quien ya regresó a Washington, realizó el viaje a Las Vegas tres días después de que el pasado domingo un hombre identificado como Stephen Paddock disparara desde el piso 32 del hotel Mandalay Bay contra una multitud de 22 mil personas que disfrutaban un concierto de música country.
Aunque inicialmente las autoridades hablaron de 59 muertos y 527 heridos a raíz del hecho, en la más reciente actualización la policía aclaró que el número de fallecimientos comprende 58 víctimas y al autor del tiroteo, quien se suicidó antes de que las autoridades llegaran a la habitación del hotel.
El alguacil Joseph Lombardo también precisó esta tarde que la cifra de heridos se rebajó a 489, debido a que a raíz del caos y la cantidad de personas que llegaron a los hospitales, algunos fueron contados de manera doble y otros eran lesionados sin relación con la masacre.
Mientras Trump estaba en la urbe, la senadora demócrata Dianne Feinstein reintrodujo en Washington un proyecto de ley que prohíbe la venta y la posesión de dispositivos conocidos como «bump stocks», que el tirador empleó para reacondicionar sus armas con capacidad de fuego rápido.
Una versión anterior de la propuesta, que habría restablecido una prohibición de armamento de asalto federal, fue presentada en diciembre de 2012 luego de que 20 niños y seis adultos murieran en la masacre de la escuela primaria Sandy Hook, pero fracasó por un amplio margen en el Senado.